La auténtica colonización humana debió de tener lugar después, ya en 1786 eran censados 631, que habrían crecido a 923 en 1857, cifra demasiado alta para un lugar con tan pocos recursos agrarios, por lo que a partir de entonces la tónica dominante ha sido la emigración, primero a Argelia, a plantar viñas para los franceses, luego a Norteamérica (comienzos del siglo XX), posteriormente a Francia y Alemania (años 50 y 60) y últimamente a Altea, La Nucía, Benidorm.
Su población ha seguido por ello un ritmo decreciente: 701 habitantes en 1910, 600 en 1950, 456 en1970 y sólo 257 en 1991. En los últimos años y gracias al turismo (residentes extranjeros) y a los nuevos regadíos la población ha vuelto a crecer hasta 357 en el año 2003, y este crecimiento se ve incrementado en el 2007 por la publicación de la construcción de un balneario en las cercanías de la población.
El casco urbano, notablemente recuperado del abandono que estuvo sometido en décadas anteriores, se encuentra situado junto al barranco de Bolulla, al pie del Tosal de L´Hort, con calles estrechas y en pendiente ( Mayor, Ferrers, Sant Joseph) adaptadas a las curvas de nivel. De entre su caserío destaca la iglesia parroquial de Sant Josep y su campanario de torre cuadrada del siglo XVIII. A 2,5 kilómetros al NO del pueblo, sobre un alto peñasco se encuentra las ruinas de un pequeño castillo de origen musulmán. Celebra las fiestas patronales a San José, la Dolorosa y el Santísimo Sacramento en agosto. Los habitantes de este municipio reciben el nombre de bolulleros.