Bolulla
Municipio de poco más de 400 habitantes, situado en el Valle de Tárbena, comarca de la Marina, a 214 metros de altitud y a 15 Km. al NO de Benidorm, en la carretera comarcal Que une esta ciudad turística con la de Pego por las tierras del interior. Su término (13,7 Km) limita al N y al NE con el de Tárbena, al S y al SO con el de Callosa d’En Sarriá, y con el de Guadalest. El relieve es muy montañoso y forma una especie de valle de orientación NO-SE surcando por los barrancos de la Canal y del Negre que se unen luego formando el barranco de Bolulla, travesada por el río que lleva su nombre, que nace en el término de Castell de Castells, se une al río Algar en el término de Callosa d´En Sarriá. Cierra este valle por el norte y noroeste una sucesión de altos cerros entre los que destaca la Penya de Medoc (762 m), la Penya del Castellet de Bolulla (732 m), la Penya de les Vinyes (644 m) que les separa de Tárbena. Por el O se alza la Sierra de Xorta (1.124m en el Morro Blau, frontera con Guadalest) que se prolonga luego por la sierra de L´Or (662 m) que sirve de frontera natural con Callosa d´En Sarriá. En el extremo interior del valle, el Coll del Xorquet sirve de paso al viejo camino de herradura que llevaba a Castell de Castells. La mayor parte de la superficie municipal está cubierta de suelos quebrados y rocosos, sobre todo los que crece una vegetación de pinos y matorrales.

La actividad económica se centra en la agricultura. La ganadería tuvo también su importancia, siempre fue relativa en comparación con la agricultura, a principios de siglo.

Las actividades agrícolas centradas en el secano como fue la viña, el trigo y la cebada se producían literalmente en todo el término. Estos productos se vieron sustituidos por la almendra, la algarroba y los olivos. La agricultura es aquí muy difícil de sostener por los medios mecánicos, una de las razones por las que la superficie agrícola ha disminuido de 500 hectáreas en 1970 a menos de 230 en el momento actual. Las tierras de secano, prácticamente abandonadas, apenas albergan hoy 50 hectáreas de almendras y olivos, habiendo desaparecido totalmente la viña, que hasta comienzos del siglo XX fue el cultivo principal. En compensación, la abundancia de agua (fuentes y pozos) ha permitido ampliar la superficie regada en la parte baja del término de 50 hectáreas en 1970 a 175 actualmente, siendo de destacar los cítricos (49 hectáreas de naranjos, 12 de mandarinos y 15 de limoneros) y, sobre todo, los nísperos con 88 hectáreas cuyos cuidados bancales (algunos en invernaderos). La industria es nula pero no debemos de olvidar la producción de objetos hechos con esparto ‘sobre todo alpargatas- de fabricación personal, el molino de harina, actualmente esta en un estado lamentoso de ruina, las dos almazaras ‘una fue comprada por el ayuntamiento y fue trasladada a otro lugar- ambas están en un estado lamentable de conservación, la fabricación de telas con telares, los capazos de palma, y más recientemente las tocas.